La ‘indignada’ OCDE

Manifestantes de las marchas del 12M con el lema ’Sí se puede’. Manifestantes de las marchas del 12M con el lema ’Sí se puede’. REUTERS/Andrea Comas

Con motivo del aniversario del Movimiento 15-M, se han analizado y categorizado las ideas depositadas en los buzones instalados el pasado año en la acampada de Madrid-Sol. posteriormente, se han incorporado otras aportaciones desde las redes sociales. Dentro de esta categorización nos encontramos con un conjunto de propuestas referidas a Educación.

Todas las aportaciones insisten en mejorar nuestro sistema escolar y, entre otras muchas, nos encontramos con las siguientes.

«Formación para el alumnado que haya abandonado los estudios; Incentivar a todos los niños y niñas, enseñándoles a apreciar el saber y no a aborrecerlo; Instrumentos de ayuda para el alumnado excluido y con dificultades; Cubrir las necesidades de la diversidad del alumnado; Seguimiento de la progresión académica del alumnado a través de las tutorías; Exigir mejores resultados a las escuelas; Controles de calidad a la educación pública; Educación Obligatoria hasta los 18 años; Más recursos para la educación de discapacitados, No a los recortes en educación, Apoyo con clases extraescolares (para evitar el fracaso escolar); Clases no masificadas en ESO y Bachillerato…».

Estas propuestas ponen de manifiesto un deseo claro por la apropiación colectiva de un espacio, el sistema escolar, considerado una herramienta de desarrollo personal, social y profesional.

Paralelamente, decidimos indagar en la literatura especializada y releer las conclusiones facilitadas por la investigación. Nos dirigimos a los últimos informes OCDE (una organización nada sospechosa de formar parte del Movimiento de ‘indignados’ 15 M). Nos fue fácil disponer del trabajo, recientemente publicado -en 2012-, «Equity and Quality in Education. Supporting Disadvantaged Students and Schools» (Equidad y calidad de la educación. Apoyo a estudiantes y escuelas en desventaja). Es este Informe se pone de manifiesto:

«Mejorar la equidad y reducir el fracaso escolar rinde dividendos
Los costes económicos y sociales del fracaso y la deserción escolares son altos, en tanto que completar con éxito la educación media superior brinda a los individuos mejores perspectivas de empleo y de estilos de vida más sanos, lo que resulta en mayores contribuciones a los presupuestos públicos y la inversión. Las personas con más escolaridad contribuyen a sociedades más democráticas y a economías más sustentables, y son menos dependientes de la ayuda pública y también menos vulnerables a las contracciones económicas. Las sociedades con individuos capacitados están mejor preparadas para responder a las crisis actuales y futuras posibles. Por tanto, invertir en la educación preescolar, primaria y secundaria para todos, y en particular para niños de entornos socioeconómicos en desventaja, es a la vez justo y económicamente eficiente

Después de su lectura, nos asaltó una duda ¿No será que los ‘perroflautas‘ del movimiento 15-M disponen de información más elaborada y fundamentada en ‘conocimiento’ contrastado, que las propias autoridades educativas?

Decidimos hacer desaparecer esta duda; afirmando que no, que esto no podía ser. Los ‘indignados‘ debían estar equivocados y, aunque sus propuestas estaban en línea con las conclusiones de la OCDE, nuestros dirigentes disponían de más información, debían ser más eruditos. Ellos saben muy bien lo que nos conviene y lo que se debe hacer en cada momento, sus valoraciones y decisiones seguramente serán más correctas. Con esta argumentación nos quedamos más tranquilos.

Poco después, nos volvió a asaltar la misma duda y pensamos ¿No nos estaremos equivocando? y será verdad que los ‘indignados’ fundamentan más sus peticiones que nuestros dirigentes, o no será más bien ¿Que estos últimos tratan de responder a otros intereses más particulares, que no son los de todos?

Continuará…

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Cambiar de mentalidad a ‘Golpe de tuit’

El cambio de mentalidad en la opinión pública constituye la única posibilidad de modificar las agendas políticas y las decisiones administrativas que aseguren la pervivencia de un sistema escolar garante de una ‘buena educación para todos’.

El periódico ‘El País’, del 26 ABR 2012, en la selección semanal de noticias del New York Times, recoge un artículo de Christine Digangi, titulado «Gobernar a golpe de tuit«. Este título y su contenido ha sugerido el siguiente  post.

La articulista afirma que «Los gobernantes reaccionan ante las peticiones cambiantes de la muchedumbre en Internet. Las redes sociales amplían la voz de los ciudadanos». Esta argumentación, que corre a nuestro favor, se sustenta en el análisis de circunstancias y hechos concretos; entre otros, la campaña de Invisible Children y el vídeo KONY 2012.

Coincidiendo con este planteamiento disponemos de un conjunto de evidencias sobre como la comunicación y el diálogo en las redes sociales constituyen un poderoso instrumento de influencia en la opinión pública y, a su vez, en las decisiones políticas. Los mensajes que transitan hacen posible el cambio de las prácticas sociales y la construcción de nuevas ideas.

Una concepción distinta a la dominante sobre los objetivos de la educación exige la concurrencia de una opinión pública favorable. Esta concepción diferente, esta nueva mentalidad, sólo es posible si mantenemos un dialogo público, abierto y argumentado sobre ideas y comportamientos. En este dialógo los movimientos insurgentes en general y de innovación educativa, en particular, necesitan asumir un papel protagonista.

Las redes sociales conforman un modo de relación que permite gestar, con bastante agilidad, alianzas y construir espacios dentro de una maraña de intercambios continuos entre personas, grupos e instituciones de diferentes lugares del mundo. En estos espacios se comparten intereses globales o parcialmente comunes, con disposición de ser conciliados y circunstancialmente satisfechos. Este tipo de relación encierra un enorme potencial para la difusión y desarrollo de nuevas ideas y, en nuestro caso, constituye una envidiable plataforma de expansión y desarrollo del concepto de una ‘buena educación para todos’.

En nuestro país van surgiendo algunas iniciativas que incorporan esta concepción dialógica. Nombraré solo una, el Portal Innova; una empresa de trabajo colectivo a la que estamos invitados. Pero esto es sólo un ejemplo, por suerte en el espacio público se encuentran, cada vez más, lugares de movimientos insurgentes con concepciones alternativas sobre las funciones de la escuela. La afirmación de Christine apunta un camino prometedor: «los gobernantes reaccionan ante las peticiones cambiantes de la muchedumbre en Internet. Las redes sociales amplían la voz de los ciudadanos».

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El poder de la comunicación y la mejora de la educación…

Una opinión pública mentalizada y convencida de la necesidad de cambio de las prácticas escolares exigiría su transformación, transcendiendo ‘la buena disposición’ o la ‘buena voluntad’ de algunos colectivos y profesionales innovadores.

El cambio escolar, la transformación del concepto de educación y de desarrollo docente, necesita trabajarse tanto ‘dentro’ como ‘fuera’ de las instituciones educativas y en ambos contextos con la misma intensidad deben ser conceptualizados y abordados, como ya tuvimos ocasión de ilustrar.

Poner en marcha un cambio substantivo del sistema escolar, en la dirección de disponer de instituciones que promuevan y consigan que ‘todos’ los estudiantes tengan la posibilidad de alcanzar éxito escolar, significa trabajar con y desde la lógica de la construcción de relaciones de poder en la sociedad red. Esta construcción de poder en la nueva estructuración social se produce en el denominado ‘espacio público’, ese lugar “de la interacción social y significativa, donde las ideas y los valores se forman, se transmiten, se respaldan y se combaten; espacio que en última instancia se convierte en el campo de entrenamiento para la acción y la reacción”. En esta nueva organización social, son las redes de comunicación horizontal e intermodal las que conforman ese espacio público, de tal manera que las diferentes formas de control de la información constituyen el núcleo de la construcción del poder necesario para cambiar o reafirmar los usos sociales y las decisiones y prácticas políticas.

Cualquier deseo de cambio fuera de estas lógicas es sencillamente irrealizable. Forjar la modificación de creencias en una sociedad en red, manteniendo un comportamiento y un discurso fuera de la lógica del funcionamiento de las redes y de ese espacio público es un intento vacuo. La configuración de la sociedad como una red no es, en estos momentos, una opción de la que nos podemos desvincular; es la forma que ha adoptado la sociedad para organizarse. No tiene sentido pretender modificar una determinada estructura de lo social (el sistema escolar), actuando fuera del modo que ha adoptado la sociedad para conformarse, ni despreciando su particulares características de gestión y de interrelación .

Hoy sabemos que es posible entrar en ese espacio público, suministrando otros contenidos a la información que transita en las redes horizontales y disputando el espacio de comunicación mediante mensajes e imágenes multimodales alternativas. Si esta acción se realiza de una manera fundamentada, estratégicamente planificada y sostenida aumentan las posibilidades de ese cambio cultural y político en el que tendría cabida un sistema escolar más justo, aunque empecemos desde una posición subordinada a la legitimidad simbólica establecida en estos momentos.

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El cambio social y, por tanto, el educativo, sólo se produce cuando existe detrás un cambio mayoritario de la mentalidad personal y colectiva.

Comienza este blog con una reflexión de partida, que formulo como título de esta primera entrada. Estoy seguro de que el debate colectivo permitirá contrastar, depurar y formalizar esta primera aproximación.

Cualquier intento de transformar ideas sociales y educativas pasa hoy por aprender de las iniciativas organizativas, que han logrado incoporar la reflexión colectiva en el debate de las ideas dominantes; así como, de las estrategias de ‘comunicación en red’ desplegadas para influir en la opinión pública y legitimar determinados comportamientos sociales.

El análisis de estas experiencias nos lleva a considerar que el cambio necesario de concepto y práctica educativa exige la comprensión y, posterior, utilización de la lógica de funcionamiento de las redes sociales globales, tanto en los modos de relación interna -entre los distintos elementos del sistema escolar-, como en la previsión y desarrollo de las condiciones necesarias para modificar las visiones habituales y estereotipadas presentes entre la opinión pública.

El conocimiento recogido sobre la evolución sufrida por las agencias e instituciones con éxito, en su modo de conducirse con naturalidad en la red, nos va a ser muy útil para imaginar el proceso de transformación del modo de proceder escolar.

Fruto del anterior análisis pueden obtenerse algunas enseñanzas, entre otras, que:

1.- el cambio social y, por tanto, el educativo, siendo mulitidimensional, sólo se produce cuando existe detrás un cambio mayoritario en la mentalidad personal y colectiva;
2.- los cambios en los comportamientos sociales modifican de manera paulatina las normas que rigen las relaciones institucionales y que a su vez estructuran las relaciones sociales, la naturaleza de estas normas y las formas culturales de relación son, en realidad, la construcción y cristalización de vínculos de ‘poder’; y,
3.- la investigación en este ámbito nos informa como la modificación de estos idearios se produce de acuerdo a determinadas lógicas presentes en las interacciones entre el cambio cultural de la opinión pública y el cambio político de las prácticas administrativas y de regulación.

Estas enseñanzas las aplicaremos, a lo largo de la andadura que supone este blog, a la actualidad de nuestro sistema escolar y a las iniciativas desplegadas por los movimientos y prácticas insurgentes que muestran la viabilidad de una escuela diferente.

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